Lugar idílico para descansar y apartarse del bullicio de la ciudad, bien situado para hacer excursiones por la zona, atención exquisita de sus propietarios, desayunos increíbles con vistas de ensueño sobre el Cantábrico y la costa. Un 10. Felicidades a Olalla, Patxi y toda la familia
Estuvimos con nuestra hija de 11 años unos días, y disfrutamos todos mucho. Mucha tranquilidad, mar y montaña, un saloncito para jugar a cartas, cerca para las excursiones a Donosti, Zarautz, .... Aunque la peque estaba deseando volver para estar con las cabritas, Txiki y Gordi. Oso gustora benetan!!💜
Estamos actualmente alojados mis dos hijos (3 y 7 años) mi mujer y yo. Estamos en un apartamento que dispone de todo lo necesario, para una estancia agradable. El lugar es maravilloso, y la atencion de 10. Como digo estamos en un apartamento que diapone de cocina, y tras leer en otros comentarios que han tenido problemas para poder tomar el desayuno, decir que en nuestro caso no nos han puesto ningun problema, es mas nos lo han subido al apartamento. Son personas nuy atentas y aables y repetiremos seguro. Estamos viviendo una situacion de pandemia actualmente, pero gente y sitios asi hacen que te olvides de ello y disfrutes, garantizando entodo momento y lugar las medidas de seguridad e higiene que requiere este momento especial. GRACIAS POR TODO.
Cerca de Donosti una casa preciosa al lado del mar no dejas de verlo pero en medio de la montaña ....todo perfecto alojamiento, desayuno, entorno ....para volver ya !!.
La amabilidad y disponibilidad de las perdona q te atienden es superlativa .
Alojamiento típico rural con una terraza amplia y un jardín común muy bonito donde los niños pueden jugar a sus anchas.
Rodeados de los animales, toda una experiencia para los niños. Edurne es encantadora y enseña a los niños y no tan niños con paciencia y cariño.
El desayuno muy completo y riquísimo todo.
Trato muy familiar y agradable.
Sólo pondría un pero y es que las habitaciones no son silenciosas
