Miguel Angel, el recepcionista, es un sol de persona, muy amable y simpático. El hotel, para ser San Sebastian, es normal aunque parezca caro. Desayuno muy amplio. Limpieza de 10. Parking amplio (pago). Esta en una zona donde no hay parking en la calle (literal, ni zona azul ni nada). Andando se llega bien por la orilla del Urumea al centro (recomiendo las tapas del Gandarias, ñam!) Volvería seguro!