Bacalao y torreznos riquísimos, servicio rápido y muy amable, vermú casero genial y bien de precio en una zona castiza de Madrid.

Pues el título lo dice todo, sitio totalmente discriminatorio para familias con un bebé y un carrito, no me imagino la que pueden hacer a personas que van en silla de ruedas o similares, está claro que es un sitio con mucha gente, colas incluso ( vivimos en el país de las colas) y entiendo que pretender entrar en un sitio con un carrito cuando está petado de gente es un suicidio y más por la seguridad del bebé, no se le caiga la cerveza a uno de los muchos yayos que están presente cuál momia de museo y no se mueven por lo pensado de las pieles que llevan encima, pero que no te dejen coger una ración de bacalao frito y llevarla a la calle ya me parece el colmo,ni que las regalasen, me parece de la más casposa educación. Sin más comentarios a la educación del personal que como parece que les sobra el dinero se permiten el lujo de mirarte mal y hacer comentarios de lo más grosero sobre la clientela, en fin chic@s a más ver

Sin duda uno de los sitios de toda la vida, lo que hacen está muy rico, lo mejor los torreznos. El único pero que el bacalao en casa labra me parece mas rico y encima mas barato, a mi gusto, aún asi me encantó.

Imprescindible parar en esta taberna para tomar su excelente bacalao rebozado. Aunque suele estar muy concurrido, siempre hay un hueco para los pacientes.
Destacar también sus empanadillas y torreznos.

Mi lugar favorito de Madrid y parada indispensable.

Respira tradición tanto el local como los camareros.

El bacalao es la especialidad y espectacular.