Hemos pasado tres noches alojados con nuestros dos hijos de 6 y 2 años y ambos coincidimos que no hemos encontrado un "pero" al hotel. Gran relación entre los servicios que ofrece el establecimiento y el precio de los mismos. Esmero tanto en la atención al cliente del personal de recepción, camareras y camareras limpiadoras como en el diseño y mantenimiento de las instalaciones, con tres guindas maravillosas al pastel: el museo de automóviles en los sótanos del edificio, la terraza exterior en la última planta cuando el tiempo acompañe y una excelente ubicación y vistas.