El hotel, está en un sitio buenísimo, muy cerca de la puerta de Alcalá y a 30 minutos de la puerta del Sol. Es un hotel, que describiendo, la habitación que nos tocó a mí pareja y a mí, no le faltaba absolutamente nada. El baño, precioso, con una decoración combinando el blanco y negro. Con una limpieza al igual que la habitación espectacular. Los recepcionistas qué nos atendieron, muy majos y muy atentos. El camarero de la azotea que nos atendió también muy agradable, educado. Sin dudarlo, volvemos a éste hotel la próxima vez que vayamos a Madrid. 100% recomendable