El hotel es pequeño y no tiene muchas habitaciones. La habitación que nos tocó a nosotros era algo pequeña, aunque estaba bien para dormir y era cómoda, que era lo único para lo que la queríamos. El baño sí era demasiado estrecho y era algo incómodo, además de que las tuberías no iban demasiado bien y el agua salía muy floja. El desayuno está bien, un poco repetitivo cuando ya estás varios días, ya que aunque tiene de casi todo, la variedad era mínima. El trato de todo el personal muy amable y atento en todo momento, sobre todo los recepcionistas y el camarero del desayuno. Lo mejor del hotel es su ubicación, está lejos del centro, pero cerca del Coliseo y de estación de metro y paradas de autobús. Nos encantó el barrio donde está, ya que no es de turistas y hay un montón de restaurantes y tiendas.
Un hotel mejorable en cuanto a las instalaciones y excelente en ubicación.