Una característica de las críticas que se hacen habitualmente a los hoteles consiste en las expectativas que el lector se hace y aquellas que el establecimiento ofrece. En este caso particular, todo aquello que estaba ofrecido fue brindado, por lo cual, no defrauda. El hotel se ubica en el 3º piso del edificio ubicado en Via Alfonso Bonafous 5, de Torino, a unos 100 metros del río Po y otro tanto de la Piazza Vittorio Veneto. Esto significa, lugar céntrico y medios de comunicación bastante cercanos. Comercios, restaurantes, autoservicios y supermercados cerca. El ascensor, una reliquia y como tal para una persona con valija por vez, pero funciona correctamente, salvo cuando no?, algún huésped no cierra adecuadamente las puertas, lo que habla de la mala solidaridad de éstos. Nunca tuvimos inconveniente y con solo avisar gentilmente nos cerraron las puertas para que pudieramos subir. La habitación es amplia, con limpieza diaria, escritorio, cantidad de tomas para corriente eléctrica buenos, TV tipo plasma con canales internacionales. Heladera pequeña que permitía guardar alimentos y bebidas sin inconvenientes. Cama con buen descanso y a pesar de tener las ventanas a la calle vía maria Vittoria, sin ruidos molestos. WiFi de buena calidad. Baño con artículos de limpieza de renovación diaria. Leyenda como en todos los hoteles para cuidar el recurso del agua y las toallas, pero sin problemas en la ducha, ni en el agua caliente, ni en el recambio. Había secador de cabello pero utilizamos el nuestro. El desayuno es típico de Italia. Cumple.
En definitiva, ofrece aquello que promete, ni más ni menos. Lo recomendaría? Si. Volvería? Sí, sin lugar a dudas.