Al lado del río y a dos calles de la plaza.
El personal de recepción, muy seco. Nos proporcionaron poca información, solamente que tendríamos que bajar a la habitación que se encontraba en la segunda planta (el ascensor daba pena, super viejo y emitía un sonido oxidado) y debíamos entregar las llaves siempre que saliésemos a la calle (recepción en la tercera planta)
Un 10 al desayuno, por la variedad y por la camarera que era muy amable.
Al viajar con mi pareja, pedí un detalle ya que se trataba de nuestro aniversario y estaba dispuesta a pagar por ellos. (Quedó omitido en todo momento)