Se trata de un hotel de tres estrellas ubicado en la segunda y tercera planta de un edificio centenario. El ascensor es un poco pequeño, tiene solera ….pero vamos, cumple su función perfectamente, siempre y cuando los huéspedes se acuerden de cerrar sus puertas al salir, claro...ya que en este caso, toca bajar andando!!! Pero bueno, sin problemas. La habitación era bastante amplia al igual que el cuarto de baño. Correcta y limpia. El desayuno, básico, pero suficiente. Frutas, yogures, croissants, dulces, cafés...Y merece destacar en este punto la estupenda atención de la mujer encargada del desayuno, una señora peruana muy agradable y atenta con todo el mundo. En cuanto a la ubicación del hotel, pues decir que está al lado de la Piazza Vittorio Veneto, y desde allí, después de un agradable paseo por Via Po, se llega en 15 minutos a los lugares turísticos. Para llegar desde el hotel a la estación de Porta Nuova, son como unos 20 minutos andando. Lo recomiendo.