Llegamos en vaporetto a la parada de Rialto. Tras un par de indicaciones conseguimos llegar al hotel.
El hotel está muy bien situado, a 5-10 minutos caminando de la plaza de San Marcos. Nos alojamos en una Junior suite con vistas al canal y terraza.
La habitación era un poco pequeña así como el baño pero, sin duda se compensaba con las vistas y el valor añadido de la terraza.
Lo peor era el wifi porque tenía una señal débil.
El personal magnífico, sobretodo Marco, muy amable en todo momento y pendiente de que la estancia fuese lo más agradable posible.
Por la noche una doncella venía por las habitaciones ora traernos una botella de agua y un bombón.
El segundo día el hotel organizó una excursión de una hora en taxi acuático a la que fuimos, pagamos 30 euros cada uno y era un máximo de 8 personas. Nos gustó mucho aunque nos quedamos con el viaje en góndola que hicimos particularmente.
Sin duda recomiendo el hotel. Regresaré.