Hotel bien situado, puedes llegar caminando al centro y si no tienes una parada de metro a pocos minutos caminando. El personal sin duda increible, nos atendieron genial y hacían todo lo posible porque les entendieramos, nos explicaron como llegar al centro, sitios de interés e incluso nos recomendaron lugares para cenar por ahí cerca, (Les hicimos caso y fue muy muy bien!!).
La habitación no estaba mal, estaba bien de tamaño, lo suficiente si vas a estar todo el dia conociendo Viena, aunque la cama no era especialmente cómoda. el unico pero que puedo poner es que nos tocó una habitación en la última planta y no teníamos vistas sino a la luna, de resto estupendo.Más
- Wi-Fi gratis
- Restaurante