Hemos estado en Navidad, temporada alta, precios altos y nos ha decepcionado. El hotel es agradable, el personal se esfuerza y en general son muy amables pero se nota un fallo de dirección y coordinación importante, falta alguien que supervise los detalles. Al llegar al al hotel se habían liado con el régimen de la reserva pues habían perdido un e-mail. El wifi no funcionaba casi nunca, decían que la estación estaba llena y había sobrecarga. Tuvimos que pedir dos veces que arreglaran uno de los radiadores de la habitación que estaba helado cuando en el exterior la temperatura llego a -18C por la noche. Salíamos del hotel a las 9:00 AM para esquiar y cuando volvíamos a las15:00 había que reclamar que nos hicieran la habitación que estaba como la habíamos dejado. La cena de nochevieja duro más de tres horas y media lo cual se le hizo largo a más de un cliente que abandono antes del final, el conjunto musical que amenizo la cena era bueno. Funciona verdaderamente bien el transporte desde el hotel a los remontes y el empleado que lo realiza (George) es muy amable. La comida es correcta e incluso muy buena pero el servicio de comedor es algo caótico, la bebida llegaba a la mesa casi en el segundo plato. Bien los salones del hotel acogedores y cómodos. Bien un pequeño spa con saunas, duchas y jacuzzi. Hay habitaciones en las que se oye el boom-bom de una discoteca, no es fuerte pero a las 3:00 de la madrugada molesta.