Se trata de un hotel ubicado en la carretera a Chinandega, a dos quilómetros de la ciudad. Por tanto, es imprescindible el vehículo privado pues no está en una zona de paseo. El hotel está conformado por una extensa red de habitaciones de planta baja unidas por patios interiores. Eso hace que el ambiente en general sea agradable, aunque las habitaciones son algo oscuras y cerradas, sin vistas al exterior.
Es un lugar apto para eventos y también como lugar de reposo antes de las visitas turísticas al departamento de Chinandega. Cumple perfectamente la condición de hotel tranquilo y con todas las prestaciones. Tiene un restaurante en el interior, bastante correcto, y una piscina en los jardines exteriores.
El precio, para lo que el hotel ofrece, es algo elevado pero no caro.
Lo mejor: camas dobles muy grandes y cómodas con almohadas a la altura perfecta. Buena señal wifi en todo el recinto. Atención muy buena. Mesa y silla para trabajar con computadora.
Lo peor: los muebles y decoración de las habitaciones son algo anticuados. La luz para leer en la cama es algo precaria e incómoda. El desayuno es justo y mejorable.