Bastante bien ubicado, puedo entender que por ello las habitaciones sean caras para lo que ofrecen.
en una habitación para cuatro personas colocan solo dos toallas de medio baño y para conseguir más hay que insistir varias veces a recepción que todo el tiempo promete llevarlas a tu habitación y debes esperar muchísimo para que ello se cumpla o volver a insistir.
Una botella de agua para una habitación doble, aunque en los pasillos hay garrafones de los que puedes servirte.
Las toallas huelen muy mal y el elevador (que estaba en mantenimiento), después de haber sido "arreglado", aún continuaba con el problema de que cierra las puertas sobre quien vaya subiendo aún si no logra entrar.
Como un plus, se duerme tranquilo, al menos en el tercer piso, y las habitaciones son cómodas y limpias. Tiene la ventaja de contar con estacionamiento cercano o, en su caso, trasladar a los huéspedes en camionetas van del hotel.
Agua caliente todo el día y una alberca regular.
El wi-fi funciona bien y puedes utilizarlo sin costo extra.
Cuenta con aire acondicionado y ventiladores, muy útiles cuando el clima es más caluroso.

Al llegar nos recibió la señorita de recepción, muy seria y cortante... subimos a la habitación, la cual aparentemente tenia buen aspecto y olía rico, pero fue maquillada, a la hora de acostarnos, nos percatamos del mal olor y estado de las camas, desde las almohadas, fundas, cobija, en todo... olía muy mal y incluso estaban manchadas... los muebles necesitan mantenimiento... al baño un poco de limpieza en la taza... también le hace falta a la habitación, una buena fumigación...la piscina se veía mas o menos.

El restaurante magnífico, buen servicio por parte del personal, son muy amables y atentos, la comida es aceptable, si regresaría al restaurante.