Fue odioso el señor que nos recibió. El hotel está mal mantenido. Tiene un aire desagradable. Las habitaciones tienen conexiones entre sí sin tener cerraduras de confianza. Parecería que alguién entró a nuestra habitación mientras no estuvimos porque la manija del equipaje que dejamos en buen estado se encontró dañado al volvernos. El hotel se encuentra en un sector desafortunadamente predominado por turistas buscando encuentros sexuales con otros turistas o con residentes nacionales. Hasta los residentes locales buscan llamar la atención de los turistas para encuentros sórdidos. Lo único bueno fue la proximidad al océano. Se oían camiones durante toda la noche. Muy caro, además, para todo eso. Evítenselo.