El pasado fin de semana estuvimos hospedados mi esposa y yo en este magnifico hotel, la atencion de Carlos es sobresaliente, la habitación muy amplia, limpia con altos estándares, para nuestro gusto rebasa a algunas cadenas hoteleras. La magia de el lugar es sin lugar a dudas la parte del jardín, arboles frutales, flores, un arroyo que pasa a muy corta distancia de donde caminas y desayunas, te acompañan mariposas, una variedad de pájaros, puedes ver las guacamayos y con suerte ves los monos a una corta distancia. El desayuno con frutas frescas de la temporada, buenísimo. Recomendamos ampliamente este bonito hotel. Carlos Franco, muchas gracias por tus finas atenciones. Volveremos.