Nuestra experiencia con el restaurante Azahar es realmente buena, desde la situación donde esta ubicado pasando por el servicio del personal, en especial Marín que fue quien nos atendió y Raquel en el bar, hasta sus exquisitos platos. Para empezar nos pusieron un aperitivo de tartaleta de queso con reducción de vino tinto que sin duda era un bocado perfecto, de entrantes tomamos las croquetas que eran una delicia y tomates del terreno con queso y espinaca que estaban de toma pan y moja. De segundo, la presa tiene un punto ahumado que le da un sabor único, tierna y muy jugosa. El solomillo a la miel mostaza que nos ofrecieron fuera de carta me decepcionó ya que estaba un poco seco, como si estuviera pasado de cocción,pero la salsa y guarnición de rechupete. El postre estaba fuera de carta y no recuerdo el nombre, nosotros le pusimos peta-zetas jeje nos transportó a la infancia, rico rico...
Por la noche también cenamos allí y tomamos crema de calabaza muy al punto para estos días fríos, de esas que resucitan un muerto y fritura de pescado. Después de recorrer Ronda había que coger fuerzas jeje
El desayuno incluido muy recomendable, calidad y mucha variedad. Vale la pena ir a Ronda solo por pasar por el restaurante Azahar, comer allí y disfrutar de vistas a la sierra en sus jardines.
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