Este hotel lo tiene todo: exquisita comida, variedad de bebidas, entretenimiento, espacios que convergen con la naturaleza, pero sobre todo, un excelente servicio por parte de su personal. La belleza del hotel es imponente, espacios amplios para disfrutar de una bebida en compañía, y la naturaleza que rodea las villas, restaurantes y albercas es un deleite a la vista, además de disfrutar la presencia de la flora y fauna característica de la región. Todo lo anterior se ve maximizado con el alto nivel de hospitalidad por parte de su staff, quienes siempre te brindan un amable saludo, una sonrisa y están pendientes de que tengas una estancia satisfactoria. Desafortunadamente no me acuerdo del nombre de todas las maravillosas personas que me atendieron, pero muchas gracias a cada un de ella por su atención. Me gustaría hacer una mención especial para Verónica, quien nos atendió cálidamente en el check in, a Edui, quien fue nuestro mesero durante la cena en el restaurante Helios, su atención es maravillosa y gracias a sus sugerencias disfrutamos de una exquisita cena, a Ana en el restaurante Capricho, muchas gracias por su atento servicio durante nuestro desayuno y al mayordomo Moisés, quien nos brindó un puntual y atento servicio con los requerimientos que le solicitamos. De verdad que quedamos maravillados con todo su personal, nos brindaron una atención que nos hizo disfrutar al máximo hasta el último momento de nuestra estancia y que nos hace desear regresar pronto.