Estuvimos tres noches. Tanger no tienemucho que ver pero por estar en LMT pasaría semanas. La ubicación es ideal, en plena medina. La piscina (muy pequeña como en todos los riads), jardín, terraza, comedor... son al menos tan bonitos como en las fotos. Estuvimos en la habitación 6 pero todas parecían fantásticas. Eso sí, de repente te aparece el jardinero en la terraza privada para regar en plan Spiderman y aunque no mira a la habitación sino que hace su trabajo, podrían avisar, porque ahí intimidad, poca. Aún así volvería mil veces. Toda la casa está decorada con un gusto exquisito. El desayuno es delicioso: zumo de naranja natural, gran cantidad de fruta cortada (que varía cada día), diferentes panes calientes y bizcochos, mermeladas, café o té, huevos cocinados como quieras y alguna cosa más.
Recomiendo LMT. Es pura paz y belleza.Más
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis