Las habitaciones son amplias, muy amplias. Como una suite, pero las camas (hab doble) pequeñas y con colchones duros. Parecía un catre.
El restaurante ofrece comida asiática tanto en el restaurante en el primer piso o room service. Si piden este último servicio tengan paciencia. El personal casi no habla inglés y a la 4ta llamada lograron tomar el pedido.
El desayuno es variado, hay comida 'western' y asiática. Estuvo bueno hasta que vimos una cucaracha en la maquina de jugos y a nadie pareció importarle mucho.
Ah y Tienen su propio despertador a las 5 de la mañana, hay mezquitas en los alrededores. Para mi no fue molestoso, pero si tienen el sueño liviano lleven tapones.
Volvería a quedarme aquí? No Más
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