Es un restaurante muy agradable, en un barrio antiguo de la ciudad en el que las viviendas se están reformando, en un edificio moderno.
Lo mas lamentable del lugar es el ruido producido por las conversaciones de los comensales, agregado a la musica ambiental (no italiana como tendría que ser)
Eramos 4 personas y pedimos de entrada
Polenta con pasta de trufas y queso Parmigiano.
Malfatti de espinaca con pimientos asados, mozzarella de bufala y salsa rosa
De platos principales:
Scaloppine de lomo de cerdo con mantequilla, salvia y limón, servido con un plato de ensalada como acompañamiento
Ravioli Ai Quattro Formaggi con tomates, mantequilla y tomillo
Costillas de cerdo con hierbas, servido con patatas fritas
De postre:
Tiramisu y Streusel
Todos los platos muy sabrosos, si bien poca cantidad en cada uno.
Costo medio por persona: 40-50 Euros
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