Hotel familiar situado en una zona residencial de Managua. Cerca hay restaurantes y algún centro comercial. Habitaciones grandes, los muebles son antiguos y algunos deteriorados. El baño necesita una reforma, toallas pequeñas y escasas. El armario, tipo closet, necesita perchas y alguna estantería. El desayuno con poca variedad. No dispone de restaurante pero ofrecen cenas de restaurantes cercanos. Todo muy limpio y con personal muy amable
La piscina limpia, aunque necesita una mano de pintura. Wifi a buena velocidad. Lo mejor, el porche frente a la piscina, muy acogedor.