Fuimos a cenar a Doña Haydée, sinceramente con una expectativa no tan alta.
Pero al momento de probar uno de los platos emblemáticos de Nicaragua, el Caballo Ballo, fue la más agradable sorpresa del viaje. Una combinación de carnes muy bien preparadas, al estilo "ropa vieja" , un pollo delicioso, una masa de tamal casi como puré y todo servido sobre tortillas de maíz recién hechas, acompañadas de repollo encurtido, chicharrones y unas cebollas encurtida en chile. Definitivamente una delicia para compartir y disfrutar.