El hotel está muy bien ubicado en la calle principal cerca de templos, restaurantes, tiendas y salones de masajes. Lo primero que nos sorprendió al llegar es que nos dieron la habitación no en el edificio principal sino en otro que tienen en la calle perpendicular. El edificio tiene dos plantas y si te dan la habitación en la planta de arriba tienes que subir una escalera bastante empinada. En cualquier caso no estaba mal y la habitación nos gustó, es amplia y la cama es cómoda. El armario no nos gustó mucho porque es pequeño y antiguo. El baño muy grande y completo pero con una pega por la que yo no volvería, la ducha que está fijada muy baja a la pared, yo mido 1,64 y me tenía que agachar para poder meterme debajo del chorro de agua, imaginaos mi marido que mide 1,80, esto fue realmente incómodo y restó muchos puntos al hotel, no sé si este problema existirá en todas las habitaciones o era solo en la nuestra. La habitación no tiene terraza, pero fuera hay una común con sillones y mesa donde por la noche te puedes sacar una bebida mientras te conectas con el mundo con la wifi que ahí funciona muy bien. El desayuno a la carta y muy completo se sirve en el edificio principal con la posibilidad de desayunar en la terraza del restaurante donde hay unas pocas mesas. La procesión...El hotel está muy bien ubicado en la calle principal cerca de templos, restaurantes, tiendas y salones de masajes. Lo primero que nos sorprendió al llegar es que nos dieron la habitación no en el edificio principal sino en otro que tienen en la calle perpendicular. El edificio tiene dos plantas y si te dan la habitación en la planta de arriba tienes que subir una escalera bastante empinada. En cualquier caso no estaba mal y la habitación nos gustó, es amplia y la cama es cómoda. El armario no nos gustó mucho porque es pequeño y antiguo. El baño muy grande y completo pero con una pega por la que yo no volvería, la ducha que está fijada muy baja a la pared, yo mido 1,64 y me tenía que agachar para poder meterme debajo del chorro de agua, imaginaos mi marido que mide 1,80, esto fue realmente incómodo y restó muchos puntos al hotel, no sé si este problema existirá en todas las habitaciones o era solo en la nuestra. La habitación no tiene terraza, pero fuera hay una común con sillones y mesa donde por la noche te puedes sacar una bebida mientras te conectas con el mundo con la wifi que ahí funciona muy bien. El desayuno a la carta y muy completo se sirve en el edificio principal con la posibilidad de desayunar en la terraza del restaurante donde hay unas pocas mesas. La procesión de la ceremonia de entrega de limosnas de los monjes pasa justo por delante del hotel por lo que no tienes que desplazarte para verla. Los empleados de la recepción son amables pero nos costaba mucho comunicarnos con ellos porque no hablan muy bien inglés.Más
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