Pasé cinco noches en este hotel tan especial. Es precioso, elegante y con un estilo muy diverso. Digo esto porque hay dos zonas, una es la parte antigua que conserva su estilo de los años treinta cuando fue construido y después renovado y otra muy nueva, que es un anexo con 15 o 16 alturas. Yo estuve en este anexo llamado Victoria. Las habitaciones son todas suites, muy grandes, con balcón, muy bien decoradas y con un cuarto de baño excelente y original.
El desayuno bufé muy bueno, servido en el mismo restaurant que la comida y cena, ésta también buena aunque un poco repetitiva.
Y la piscina, en el piso sexto, es impresionante, con borde infinito y con vistas al mar, dónde también puedes comer y beber entre horas.
Si volviera a Penang no dudaría en alojarme, de nuevo, en este hotel.
No obstante, este hotel es para visitarlo por todos sus rincones y descubrir lo importante que fue en su tiempo y trasladarse a aquella época, dónde se alojaban personas famosas y se hacían bailes y celebraciones de bodas, etc, etc.
Y, por último, decir lo amable que fue con nosotros todo el personal del hotel.Fue una estancia muy, muy agradable.
Es un hotel especial para gente que quiera sentirse especial.