Como pros:
- Buen trato
- Cercanía a la estación de autobuses
- Desayuno espectacular (aunque un poco repetitivo si te quedas muchos días)
- Sitio elegante y bonito
- Tienen enchufes internacionales
- La piscina es ideal para relajarse después de ver la ciudad.
Como contras:
- El fallo VIP, que tiene es que las ventanas no tienen cortinas y al ser muy altas y alargadas, no se pueden tapar de ninguna forma. Así pues, te toca despertarte si o si al alba, y la siesta es complicada. Sólo por éso, no repetiría, ya que a mi me gusta dormir hasta las 9.
- También, comentar que este hotel es de los que llamo yo, de "hacerte la pelota". Esto depende de lo que hagan, te puede gustar o no. Por ej. la rutina diaria es que por las mañanas entraban en tu habitación, la limpiaban y ordenaban tus cosas (bastante bien por cierto), y luego por la tarde te encendían una velita en el baño, echaban ambientador y te ponían una flor sobre la cama. A mi todo ésto me parece bien, si me hubieran avisado al hacer el check-in de que iban a entrar en la habitación, el mismo día en el que llegamos.
- El dispensador de jabón y champú apenas sacaba gel, y tenías que estar varios min para sacar una cantidad decente.
- Tenían 3 redes wifi y no sabíamos cuál era la correcta. Como además la señal era mala en las habitaciones, nos costó un rato de pruebas averiguar la buena.
- Una de los recepcionistas muy sosa, no nos sonrió ni una sola vez (No es que hiciera mal su trabajo, pero lo considero un fallo en este tipo de hoteles)
- Finalmente, si hay niños en la piscina, se acabó la paz y la tranquilidad, ya que al estar la piscina en un patio interior, el sonido rebota por todas las paredes.