Cuando llegamos, nos dijeron que nos cambiaban a una habitación superior, la habitación normalita pero muy cómoda y limpia. Desayuno variado, jacuzzi en la última planta y personal amable. Por todo esto repetiría pero... Hay una mezquita justo al lado, y todas las mañanas a las seis, nos despertaban porque ésta tiene megáfonos que activan para lo que ellos llaman la llamada a la oración. No es nada agradable si quieres descansar después de estar todo el día recorriendo Georgetown y Penang.