Hotel ideal para alojarse en Moscú. Muy cerca del Kremlin y de la plaza Roja, aproximadamente 5 minutos andando.
El hotel es pequeño pero muy limpio y acogedor. El desayuno se sirve en el pequeño bar que hay en la recepción. Es muy pequeño pero suficiente para coger fuerzas. El hotel no tiene restaurante, pero tan solo a un minuto andado podréis encontrar un par de restaurantes que están bastante bien. El personal muy amable.
Si vuelvo a Moscú sin duda repetiría el hotel!!