Estuvimos cuatro noches en Moscú en el Savoy, un hotel de principios del siglo XX, recientemente remodelado y convertido en un hotel de lujo pero con una relación calidad precio razonable (aproximadamente 250€ por habitación doble por noche en agosto que debiera ser temporada alta).
La infraestructura del Savoy es óptima: salones, comedores, spa (piscina temperada y gimnasio excelentes), y habitaciones espaciosas con muy buen baño, etc., etc. Piense en un hotel de fin de siglo de Paris o Londres y se hará la idea de lo que es el Savoy....mármol, maderas finas, pinturas, bronces, etc.
La atención es excelente tanto en la recepción como en las demás dependencias del hotel aunque el manejo del idioma inglés es limitado.
Las habitaciones son cómodas con canales internacionales x cable, excelente wifi y camas ‘ king’ cómodas , aunque a mi no me agradan los “plumones” que usan en el Savoy ( tan comunes hoy en día en reemplazo de sabanas y frazadas).
El desayuno buffett - que tiene el acompañamiento musical de un muy buen pianista - tiene una amplia y diversa oferta de frutas, jugos y yogurts, huevos, jamones y quesos, pescados y verduras, panes y pastelería y se puede obtener omelettes o huevos de la carta sin costo adicional.
El salón del desayuno es muy elegante y amplio y buena muestra de lo que eran los salones de fines del siglo XIX en Europa (ver foto).
Finalmente, la ubicación del hotel es estupenda a unas pocas cuadras del Kremlin, a dos cuadras del Bolshoi y rodeado por calles peatonales llenas de restoranes, tiendas etc.
En breve, una gran alternativa en el centro de Moscú.