Four Seasons de Moscú es un excelente hotel en todos los sentidos. La ubicación es inmejorable, al lado de la Plaza Roja, el Kremlin, catedral San Basilio y el shopping Gum, entre otros. El metro de Moscu está en la puerta. Esto hace que cualquier actividad se pueda resolver en minutos.
El hotel fue restaurado a nuevo hace pocos años. De estilo moderno, es elegante y lujoso pero sin ostentaciones.
Los servicios y la atención de primera, del primero al último de los empleados.
Las habitaciones son de las más grandes y sus cómodas que haya visto aún en hoteles de similar categoría.
El desayuno es completo y de primer nivel, y el restaurante italiano del primer piso es muy bueno y con precios razonables.
La experiencia en este hotel ha sido excelente y difícil de igualar.