Un hotel muy bien situado, con una buena relación calidad-precio. Puedes visitar todos los lugares más interesantes del centro de la ciudad a pie, entre ellos el Kremlin y la plaza Roja o la zona de teatros alrededor del Bolshoi, en cambio el hotel está en una calle muy tranquila, a 5 o 10 minutos de varias líneas de metro.
Podría mejorar el servicio del desayuno ya que cuando coinciden muchos comensales al mismo tiempo se agotan vasos, platos... Sirven el café recién hecho y no en máquina autoservicio, lo que ofrece una mayor calidad, pero en algún momento, esperas de cinco o seis personas a la vez.
Dispone de un buen restaurante para comidas y cenas.