Una familia que nace en Europa con raíces en Ecuador y que vela por conservar las ancestrales tradiciones de la tierra que habitan. Ya sea en tu tienda o un dormitorio o las más confortables habitaciones, tendras la oportunidad de realizar un "Temazcal" o una "Pachamanca" y poder recorrer este pequeño pueblo junto a las vias del tren y una historia de telares y revolución.

Encontrarse con uno mismo es un gran desafío para los viajeros incansables y la sociabilidad que exige a veces la mochila.

Este lugar, es el tiempo quieto a la orden de la contemplación de la naturaleza.

ES sin dudas uno de los mejores lugares que conocí.

· 3 años después que fuí yo, fué mi papá, solo, en su experiencia mochilera a los 57 años, y vivió lo mismo.

Paz, sencillez, cultura ancestral, agua, fuego, paz de nuevo y mucho por caminar y descubrir.

Otavalo y este hostal, deberían ser parada obligada para TODO SER HUMANO.

Para las vacaciones de carnaval fuimos a este hostal muy acogedor. Mi familia y yo ya lo habíamos visitado algunas veces, y siempre hemos tenido buenas y diferentes experiencias. La dueña de Holanda es muy amable, las habitaciones son limpias aunque un poco frías. El área trasera del hostal es muy bonito, porque las paredes están pintadas (colores un tanto psicodélicos) con dibujos de la naturaleza, un par de hamacas para recostarse y relajarse mientras se escucha el sonido refrescante del río cercano al hostal. Por tal motivo, les recomiendo que vayan y lo visiten para conocer más de cerca la cultura de Otavalo en Ecuador.