Vivi una experiencia unica.
Soy un ciclista y con un grupo de amigos viajamos en bici desde la ciudad de quito hasta otavalo pero de todo el viaje llegar a palmeras inn fue lo mejor. Además de tener una excelente atención, ofrecen habitaciones muy cómodas y acogedoras junto a un restaurante que dispone de comida deliciosa. Por ultimo, la hacienda ofrece serenidad pura ya que permite estar en contacto con la naturaleza.