Igual fue porque fuimos en periodo navideño, pero tanto el servicio como la decoración del hotel dejó mucho que desear. Las habitaciones estaban bien (exceptuando que las sábanas eran ligeramente más pequeñas que la cama y se salían por la noche) y el hotel está situado en un barrio tranquilo dentro de la siempre complicada Recife. Fueron los servicios del hotel lo que no nos gustaron: el wifi iba horriblemente mal, el desayuno no tenía pinta de ser muy fresco, había bastante ruido de mañana y fue en el único hotel en el que nos cobraron por imprimir nuestros billetes de avión.
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