Hermoso y acogedor hotel en Jacó al que no dudaré en volver cada vez que pueda por sus múltiples comodidades, limpieza, ubicación y, sobre todo, la esmerada y cálida atención de Soll, su anfitriona, que con su aura espiritual y alegre sonrisa me hizo sentir como en casa desde el primer momento. Muchas gracias!!!