Las habitaciones son amplias y cómodas, el área de la piscina es muy bonita y rodeado de vegetación.Pero el restaurante es pésimo, en ningún momento durante la instancia vimos personas comiendo en ese lugar y sin embargo intentamos ir en la noche pero la señora que atiende no tiene ni un poquito de tacto al cliente, el gato andaba encima de la barra y mesas, no tienen menú, era una hoja con la letra de la mesera. Y cómo nos fuimos nos ofendió diciendo que en Jacó existen lugares más baratos.