Un paraíso, sin duda. Tranquilo, relajante, lleno de vida. La comodidad de la cama, de 10, la limpieza también. Y dejo para el final, por ser lo más importante, la amabilidad de Allison, que nos informó de todo lo que podíamos necesitar, tanto en el alojamiento como en el pueblo. Dylan, igual de amable y profesional. Un 10 para ambos, y para todo el personal (jardinero, limpieza...)
Recomendable 100%