Reservamos con anticipación, y al llegar nos destinan una habitación en el Segundo Piso, al lado de una sala donde se encontraba un motor pegado a la pared funcionando permanentemente. Pedimos que nos cambiaran de habitación, previamente corroborándolo con personal del hotel. Nos destinan una habitación en el primer piso en el ala de atrás.
Primero, no tenía el mismos mobiliario. ( no habpia sillón, veladores, etc.)
Se accedía por un pasillo larguísimo lleno de humedad en paredes y alfombras que dejaban mucho que desear.
Lo peor, fue al abrir la ventana. La habitaciónb daba a una calle, y a la altura de la habitación un tremendo generador . Además de una pésima vista, no deja de ser un peligro. Esa habitación no debería existir.
El desayuno, decir que es básico, es mucho.
Obviamente que no nos volveríamos a alojar en el hotel.
Solo cabe destacar la buena predisposición del muchacho que se encontraba en la recepción, que entendió perfectamente nuestros reclamos.

Placentera Estadia en este hotel donde el personal es super amable. Cordiales a todo momento . Habitacion amplia y comoda. El desayuno muy casero y riquisimo. Debo recomendar el arroz con leche del lugar. Piscina pequeña pero agradable para refrescarse en las tardes calidas de Mendoza.
La habitacion necesitaria un poco de renovacion.

Para pernoctar una o dos noches no está mal. No le pidan mucho, pero la verdad que la amabilidad del personal puede superar cualquier defecto que uno le pueda encontrar al hotel. Quizá medio caro para lo que ofrece.
Las sábanas muy ásperas.
El desayuno muy bien. La cochera es atrás con conexión al hotel por pasillos largos. Media incómoda y con pocos lugares.