El lugar se encuentra ubicado en un lugar soñado, sobre Bahia Manzano, como parte del hotel La Escondida. La vista es de las mejores del lugar, hacia el Nahuel Huapi.
El lugar invita al compartir charlas y risas con amigos, y familia, mas que para parejas x una cuestión de ambientación y luminosidad. Es un lugar tanto para disfrutar de dia por el maravilloso entorno, como de noche (aunque aca eso se pierde)
La música adecuada y la atencion del personal a la altura.
La carta es acotada ( solo 4 entradas, 4 platos fijos y 2 postres, suelen tener algún otro plato del dia extra)
La carta de vino adecuada.
Te traen al comienzo pan de masa madre con frutos y tibio con manteca especiada.
Pedimos un ojo de bife con un acompañamiento de quinoa con queso azul, cebollas asadas y manteca con especias. Una combinacion dificil de crear asi como de olvidar, realmente excelente conjunción.
El risotto de hongos explotaba de sabores, tenia cilantro, hongos en una cantidad abundante, parmesano y brotes de alfalfa. Muy sabroso.
De postre nos deleitamos con una mousse de dulce de leche con helado de pistacho, crocante de amaretis, frutillas y blueberry, una combinacion de texturas que nos sorprendio y que volveriamos a repetir.