Lo que alguna vez fue un almacén de ramos generales esos que vendían desde combustible para auto hasta productos de primera necesidad se convirtió en una muy interesante propuesta gastronómica. Se presta para cualquiera de las comidas del día. Teniendo algunos platos tradicionales de la zona para el almuerzo y/o cena como la merluza negra o algunos frutos de mar y otros no tan tradicionales. No son súper abundantes y los precios parecen estar puestos dependiendo de la afluencia de los comensales. Pero definitivamente lo que sobre sale señores y señoras son los productos panificados. No tiene nada que envidiarle a cualquier ciudad francesa! No se pierdan la croissant de harina de almendras. Es un placer sobrenatural. Se acaban temprano todos los días!!!
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