Llegamos con buenas expectativas ya que el Hotel tiene potencial en cuanto a la ubicación, la fachada y los servicios que dicen tener, y para el costo que manejan dejaron mucho que desear...
Desde la recepción para nada amable, no se mencionó que había falla en el servicio de WiFi, hasta que al pasar me enteré por otro huésped que también iba a quejarse. Pregunté por la hora que termina el uso de la alberca y me contestó molesto el de recepción "YA ESTÁ CERRADA" y le dije, ¡pero también me quedo mañana oiga!
El WiFi se reestableció hasta el día siguiente por la tarde.
El restaurante aparentaba ser bueno, y abre a las 7:00am a buena hora para los que venimos a negocios muy temprano, pero también decepcionó ya que en desayunos no tenían muchas opciones SIN HUEVO, no había varios de los ingredientes que se ofrecen, dice llamarse "Restaurant Bar" y la decoración nada que ver, por la tarde quise usar la alberca y bajaron los ánimos ya que estaba con basura, no había ambiente, al menos música para una bebida o pasar la tarde ahí. Volvería al menos que no hubiera más donde hospedarse en todo Rosario.