Céntrico hotel, familiar, muy agradable con áreas bien cuidadas.
Alimentos bien preparados, con buena sazón y principalmente la inigualable atención del Sr. Gabriel.
Habitaciones confortables y áreas muy bien aseadas por las Sras. Martha y Lorenza; en las habitaciones, las camas son altas y dificultan un poco la acción de subir y bajar de la mismas para los adultos mayores y niños.
Asimismo no hay rampa o elevador para las habitaciones del primer piso.
La alberca es agradable, pero sería ideal si estuviera un poco más caliente.
En general la atención del personal es excelente.
Sin duda recomiendo ampliamente el lugar y espero volver pronto.