después de 4 horas de carretera, se agradece un lugar familiar y con una comida deliciosa. Pedimos una sopa de lentejas, de lo mejor que he comido, unas albóndigas muy bien servidas y nada grasosas. Los postres buenísimos. Sólo como sugerencia, convendría meter algo de verduras cocidas y a la plancha.
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