nos toco estar una noche en este hotel, antiguo muy bonito, con jardines y una capilla preciosa, su decoracion del siglo xv1 excelente, pero la atencion muy mala, el restaurante muy caro $150 una orden de 3 quesadillas , que dejan mucho que desear, no facturan los consumos, y aparte cobrarn de mas.
Digo perfecto pero el unico que falta para estar veramente perfecto es una nevera. El lugar en un hacienda del siglo XVIII es maravelhoso. Los habitaciones muy bien amueblados. El unico problema es el restaurant un poco pretencioso y no realmente bueno.
El personal es muy amable, las habitaciones son antiguas y por lo tanto rústicas, no hay tv. La vista es hermosa ya que aprecias la neblina de las mañanas La comida es buena. Lo único que me tocó fue q hubo hormigas en baño.
Hacienda antigua muy bonita en un lugar tranquilo y muy agradable. El servicio es muy bueno. Recomiendo probar el café. Las habitaciones están demasiado ambientadas en el pasado. Las de matrimonio son pequeñas e incómodas para dos personas. Los baños no están nada actualizados. Claramente necesita una actualización a comodidades del siglo XXI sin perder la esencia de una hacienda.
Estás a sólo 15 minutos de lagos de Montebello y el hotel sólo cuenta con 8 habitaciones finamente decoradas. Vale mucho la pena quedarse ahí. el precio es de normal a alto, pero si lo vale por la calidad de la habitación y el lujo que te transporta a otras épocas. En el restaurante se come delicioso y si bien hacía mucho frío, nos abrieron un comedor muy elegante para no estar a la interperie en el restaurante que esta bajo una palapa. Tiene un diminuto museo de arte barroco, pero algunas pinturas y dibujos son del siglo XVI, por lo que vale mucho la pena visitarlo como una de las actividades que hacer en el hotel. Paco, el mesero se portó muy amable y oyes pasar toda la noche con un silbato a una persona pasar dando sus rondines y eso te hace sentir seguro. El café que tomas ahí lo producen ellos mismos así que en ningún otro lado probarás ese café en el mundo.
