Me hopedé nuevamente por esas razones y los enormes parques que tiene enfrente. Además a un paso de la salida de cruceros. El personal habla español y es absolutamente eficiente y amistoso. Gastón, Diego y un amoroso más, cuyo nombre no recuerdo , ayudaron en todo. La habitación era muy inferior a la que yo tenía en mi última visita. Se escuchaba el ruido de la autopista, pero nada que impidiera el descanso. Muy malo el servicio de comidas de la pileta: lento, sin cuidados.caro además. El resto, muy bien