Me hospedé con mi familia el sábado 6 de agosto. ¡No pude descansar! A las 12.30 AM, un grupo de jóvenes seguía conviviendo escandalosamente afuera de su habitación y estuvo así aproximadamente hasta la 1.00 AM. El silencio duró relativamente poco porque entró una señorita ¡cantando! Ahí se instaló en la fuente que está en el patio con otras personas platicando sin importarles la hora. No hay extensiones en las habitaciones para llamar a recepción pero me sorprende que el señor que está en el turno de la noche no haga algo porque no está muy lejos el patio y los gritos (o cantos) de esta mujercita se escuchaban claramente. Otro detalle es que las luces de los pasillos las apagan hasta la madrugada, así que el cuarto está relativamente iluminado.
Si decides hospedarte, te recomiendo que lleves tus toallas porque es común que no tengan en recepción y te hagan dar vueltas. Los cuartos relativamente limpios (se ven limpios pero si andas descalzo terminas con las plantas de los pies muy sucias). Debería invertir en renovar sus blancos, eso sí ya es urgente.
El sábado que fui, había un tianguis de productos artesanales; lo malo era la música que tenían a todo volumen (en su mayoría rap). Lo mejor del hotel es su ubicación pero no vale la pena si no pueden controlar a sus huéspedes escándalosos (si ven que alguien llega con sus copas de más pues que pongan más atención). En las otras ocasiones que me hospedé no hubo trasnochadores, pero sí apagaron las luces hasta muy tarde. ¡Ah! Otro detalle, se oye lo que parece ser una lavadora toda la noche.