Como siempre, la comida rica, la relación costo-beneficio muy buena.
Lo que no se entiende es esa costumbre de asustar a los comensales para después cantar un horrible “happy Birthday”. ¿Cuál es la idea? Fui con mis suegros (de casi 80 años); varias veces nos propinaron sustos de muerte. Me parece una idea rupestre, y una falta de respeto a los comensales que NO estamos festejando nada. Los meseros se divierten golpesndo las carpetas de la cuenta y se ríen de la gente. ¡De sus clientes!
Este no es un tema menor, y echa por tierra todo el esfuerzo que se hace por dar un buen servicio.
Otra cosa sería si sólo cantaran, como se hace en restaurantes de mayor clase. Hay lugares en donde incluso seleccionan a tres o cuatro meseros que cantan bien, y preparan un canto a voces. En otras partes, llevan a cantantes de algún coro, que se oyen bien, y todo lo que piden es promocionarse. Todos ganan, y no sufre uno de sustos innecesarios mientras trata de comer tranquilo.
Si quitaran esta costumbre francamente tonta, el lugar sería perfecto.
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