La Siranda fue un GRAN descubrimiento. La ubicación es ideal - a dos cuadras de todo pero sobre una calle tranquila, sin ruido. La casa es espectacular - tamaño perfecto y atención de primera, cuartos elegantes y acogedores y un patio interno y jardín que dan vida a todo el lugar. Sin duda, la elección dio un plus a nuestra experiencia de Pátzcuaro - con todas las comodidades de un hotel, pero el sentimiento de estar como invitado en una gran casa colonial. Muchas gracias por todo :)