El hotel muy bien ubicado. Las habitaciones con camas y almohadas muy malas, el mobiliario viejo y grande para el tamaño de la habitación. No había tomacorrientes al lado de la cama. El drenaje despedía mal olor. Tienen un área de alberca de muy buen tamaño, ideal para pasar un buen rato, pero al no contar con calefacción, prácticamente no se puede usar por el clima de Tlaxcala, aunque haya días con mucho sol el agua está helada. El restaurante bien, la comida con buen sazón. La atención del personal bien a secas. Algo malísimo es que no tienen rampas en todas las áreas con escalones, por pasar con carriolas es toda una proeza, incluso a los pasillos de las habitaciones, no me quiero imaginar lo complicado con sillas de ruedas. El hotel es de dos pisos y no tiene elevador así que hay que tomarse en cuenta por quienes llevan carriola. En resumen, para una noche es una opción viable (con los inconvenientes anteriores) ya que la oferta de hoteles en el área es limitada.