Un lugar bastante relajado lo visite entre semana para desayunar y es una delicia los desayunos nada diferente pero muy ricos se respira la tranquilidad de la provincia y puedes tomar tu café en uno de sus patios que te hacen sentir que el tiempo se detiene los precios son aceptables y recorrer la hacienda es una bonita experiencia la atención es bastante buena vale la pena salir de lo cotidiano. Muy recomendable. Me hablaron de los bufettes de fin de semana que pronto regresare para disfrutarlos.